Inmersas en el mundo tangible, las palabras, desde su propia inmensidad, llenas de códigos y magia personal, que hacen que tenga una serie de múltiples reacciones, estas se llenan de nuestro ser, al leerlas o escucharlas, una simple palabra, puede cambiar el rumbo de nuestras vidas, el sentido de lo que somos, abrir un nuevo surco en nuestra mente y quedarse a habitar en nuestros seres sin que nosotros logremos tocarla a ella, tienen luces propias, magnánimas y pequeñas al mismo tiempo, un conjunto de letras, que la conforman, que se moldean a ella, la gran reina, la palabra, que manda y ordena aunque no lo deseemos todo lo que somos. Intrínsico en ellas, el concepto, así, todo la llena a ella y al mismo tiempo esta lo llena todo, la Palabra, cual quiera que sea, simple dentro de su universo, magnánima dentro del nuestro.
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Pienso todo lo contrario, la palabra esta sobrevalorada, pues en el mayor de los casos esta carente de significado, vacia, desierta.
ResponderEliminarLa palabra como muchas otras cosas esta en crisis.
Es el lenguaje no verbal, el lenguaje universal el que con sus matices puede contener un mundo, el que nos hace vibrar pues se ha desprendido de su cascara...
...aunque sin ella no podria escribirte este comentario.
Quizás de tanto usarlas estas pierdan el significado, pero como es propio de cada cual, es decir, cada uno entiende una palabra de manera diferente y la vive de igual forma, la esencia propia de esta, nunca se agotara y solo por aquel detalle, es diosa de todo lo que se desprende, no podemos vivir sin ella
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